Pasos para comenzar y crear entusiasmo
Puede ser desafiante traer paz a lo que parece ser un mundo intranquilo. Es incluso más desafiante cuando nosotros mismos no experimentamos calma y tranquilidad permanentes.
Ahora que ya están claros los desafíos y las oportunidades, nos queda una pregunta: «¿Cómo lo hago? Si, son muy buenas ideas pero… ¿Cómo ponerlas en práctica?»
Aquí hay algunas cosas que puedes hacer para comenzar y enriquecer tu camino para convertirte en un Pacificador EN el mundo, PARA el mundo y HACIA el mundo. Incluso si sólo es en el mundo de tu hogar y trabajo ¡éstos son lugares grandiosos para practicar y silenciosamente perfeccionar el arte de hacer la paz!
El primer paso para restaurar el bálsamo de la calma en un mundo turbulento, es generar paz en tu mundo interno.
Conoce al propio ser tal como es, la base para esto es tomar
conciencia y reconocerte como un ser espiritual, o como algunas personas lo llaman: «el alma». Cuando tengas esta percepción clara de que en realidad no tienes un alma sino, que eres «el alma», también comenzarás a darte cuenta de que toda la intranquilidad en el mundo, tanto «externo como interno», se debe a una sola razón: hemos olvidado quienes somos realmente.
Olvidamos quién y qué somos. Desde la comprensión del ser como un espíritu y no como un cuerpo, surge el reconocimiento de la paz como tu naturaleza subyacente y eterna. El método para despertar esta conciencia es la más antigua en el mundo, también conocida como meditación.
Acepta a los demás tal como son.
Esto no parece ser tan fácil después de toda una vida de retos en sus diversas formas. Cuando tengas algún desagrado por alguien pregúntate, ¿Por qué?
Probablemente notarás que es porque tú crees que ellos están
haciendo o siendo algo que tú no quieres que hagan o sean.
¡Esta creencia emerge por nuestro olvido! Es un signo de que la noción de que somos «otorgadores naturales» está dormida.
Al desear algo de los demás intentamos despojarlos. Olvidamos que el amor verdadero no desea nada, ni tomar de nadie, solamente entrega y comparte. Olvidamos que en esencia, somos amor.
Escucha atentamente el corazón de los demás. Lo que garantiza el éxito para tener paz verdadera en una relación, es escuchar no sólo sus palabras, sino también sus sentimientos. Permíteles que cuenten su historia. Ayúdalos a aclarar lo que sucede realmente en su corazón. Cuando hagas esto, establecerás una «conexión verdadera» sin juicios, ellos podrán escucharse a sí mismos y ver con mayor claridad lo que están pensando y sintiendo realmente.
Ten en mente que en el mundo no existen un «nosotros y ellos».
En realidad no existen las fronteras o límites. Estas son ideas y percepciones que aprendemos para separar y dividir. Con base en nuestra identidad espiritual como almas, somos una sola familia.Con esta visión genuina de los demás y del mundo, comenzarán a debilitarse muchas reacciones anticuadas, emociones y hábitos negativos. La serenidad natural tomará su lugar mientras creas paz en el mundo.
Mantente abierto a recibir ayuda
Muchos probablemente dirán que desean hacer una parte o todo este trabajo por sí mismos. Mientras que otros admitirán que «Yo no podría hacer nada de esto sin ayuda».
Y también hay algunos que inteligentemente se «mantienen
abiertos» a recibir una pequeña ayuda de un Poder Superior.
Ellos se mantienen abiertos a una Fuente sutil, una Fuente divina de energía, en la forma de amor, luz y poder.
Si aprendes a meditar, si comienzas a contemplar tales
percepciones, si permaneces abierto, podrás comenzar a notar la presencia sutil de ese poder superior, la Fuente de todos los Poderes, el Océano de Paz, que te ayuda a ESTAR en paz, a PERMANECER en paz y a VIVIR en paz.
Esta Fuente divina es el Padre Supremo, el Creador de Pacificadores.